Llevamos una semana muy intensa. Desde que la Junta de Castilla y León comenzó a adoptar medidas en relación con el COVID-19 en el conjunto de la Comunidad el pasado 11 de marzo, en Cáritas Diocesana de Valladolid hemos estado en un continuo proceso de adaptación para adecuarnos a las decisiones de las autoridades. El domingo 15 de marzo, con la Declaración del Estado de Alarma el día 14, los intercambios de mensajes y llamadas para organizar las tareas y no abandonar a las personas más vulnerables se prolongaron hasta altas horas de la noche.
Dos claves son las que se han tenido presentes para continuar el ejercicio de la caridad:
- La responsabilidad personal y comunitaria para evitar la propagación de la enfermedad observando las medidas adoptadas por las autoridades civiles y sanitarias. Todo ello con el fin de que la situación pueda ir remitiendo lo antes posible. No contagiarme y no contagiar son hoy signo de amor.
- La búsqueda imaginativa de otros medios para continuar haciéndonos “cercanos y solidarios con quien sufre” en este momento, personal y comunitariamente. Hoy también toca ser testigos del amor de Dios.