Con el fondo musical de la canción de Jarabe de Palo “Eso que tú me das” (https://youtu.be/hE6CsyWv8Zs) celebraban la última sesión de reflexión las participantes en el primer Campo de Trabajo Joven de Cáritas Diocesana de Valladolid.
El lugar de encuentro, el Centro Social de La Milagrosa, una de las acciones solidarias en las que han participado Isabel, Irene y Cayetana, mientras Carmen, Aroa y Bikiltu lo hacían en un Campamento Urbano en el Barrio España. Jaime y Nerea, por diferentes razones, no llegaron a incorporarse.
Una experiencia positiva
Las palabras de una de ellas expresan muy bien el sentir de todo el grupo: «Ha sido una experiencia increíble. Deseo que más jóvenes puedan vivir esta oportunidad de conocer otra realidad».
El equipo responsable de esta acción de Cáritas Diocesana de Valladolid coincidía en que ha sido un éxito, a pesar de que no han faltado las dificultades, la más importante relacionada con la COVID-19, y que son muchas las cosas que se pueden mejorar para la edición del próximo verano, en la que se pondrán a trabajar inmediatamente. Mejoras en las que cuentan además con las propuestas de las mismas participantes, tanto en lo que a la convocatoria se refiere como en cuanto al mismo desarrollo del Campo de Trabajo.
Un paso más en la promoción del voluntariado joven
Con esta primera experiencia, Cáritas Diocesana de Valladolid introduce una nueva pieza en el proceso que, con la denominación de Cáritas Joven, está desarrollando para la incorporación de jóvenes voluntarios a la entidad. Cuenta con la subvención de la Junta de Castilla y León con cargo a la asignación tributaria del IRPF.
Es una herramienta más que se añade a las otras ya puestas en marcha: el proceso de educación para la solidaridad en centros educativos y grupos juveniles, los cursos de voluntariado joven-jóvenes solidarios y los encuentros de jóvenes voluntarios de Cáritas, además del itinerario específico de acogida e incorporación al voluntariado de personas jóvenes.
Creciendo en solidaridad
En una escala de 1 a 10, la valoración media de las participantes en el Campo de Trabajo de lo positivo que ha sido para ellas la experiencia ha sido cercana a 9 (8,66).
Coinciden en que los objetivos logrados en mayor medida han sido conocer la realidad de la pobreza y la exclusión social y despertar el interés por realizar un compromiso voluntario continuado.
La canción elegida para motivar esta última sesión de reflexión (han sido en total cuatro) para las participantes expresaba muy bien lo vivido en las dos semanas de duración del Campo de Trabajo. Se identifican con muchas palabras y expresiones de la letra: me das, agradecida, gracias, amistad y compañía, vale la pena, amiga, amistad y compañía, superarme día a día, mi mejor medicina… “es mucho más” de lo que esperaban lo que se llevan con esta experiencia, que las ha aportado, con sus propias palabras:
- Amplitud de miras:
- “Más puntos de vista y más realidades existentes”
- “Conocer otras realidades y situaciones que pueden ser distintas o parecidas a las mías”
- “Darse cuenta de que vivimos en una especie de ‘multiverso’ donde distintas maneras de vivir conviven en una misma ciudad y en un mismo tiempo y sólo hace falta prestar un poco de atención.
- Autocrecimiento:
- “Hacer cosas que me ayudan a crecer y que me sirven al día a día”
- “Salir de mi zona de confort, haciendo otras cosas que nunca me he atrevido a hacer”
- Valorar el tiempo y cada momento:
- “Con unos ritmos de vida en que el tiempo más bien se consume, ser voluntaria es hacer una inversión del propio tiempo en mejorar nuestra sociedad o, simplemente estar y ser más sensibles a los otros”
- “Tener en cuenta las pequeñas cosas, como por ejemplo, los saludos, las miradas, …
- Escuchar y descubrir a la otra persona:
- Escuchar las necesidades del otro que expresa en su actitud, sus gestos, su manera de comportarse, y estar ahí”.
- “Conocer primero a la persona antes de criticar y ponernos por encima de ella»
- “Disposición de no juzgar y a ayudar siempre que se pueda”.
Con la vista puesta en el próximo Campo de Trabajo
Las participantes hicieron también una serie de propuestas concretas para tenerlas en cuenta en el próximo Campo de Trabajo y así mejorar la experiencia. Destacan las siguientes:
- Cuidar especialmente todo lo relativo a la difusión e información previa sobre el Campo de Trabajo.
- Generar más espacios de reflexión, tanto de todas las personas participantes, como en cada actividad solidaria.
- Pensar en cómo mantener la vinculación posterior a Cáritas Joven de las personas participantes que no puedan incorporarse a una tarea voluntaria continuada en el tiempo.
Con estas aportaciones y la revisión que haga el equipo ya están sentadas las bases para una nueva experiencia en 2022.