Es un proyecto piloto de Cáritas Diocesana de Valladolid que se viene desarrollando desde marzo de 2022 y está destinado a 20 familias de los barrios de Pajarillos, Pilarica y Belén. Trata de dar respuesta a las diferentes necesidades de las familias, a través de un acompañamiento intensivo e integral. Para ello cuenta con un equipo multidisciplinar en coordinación con otros servicios y entidades.
Es un proceso desarrollado en el tiempo, con un conjunto de acciones en distintas áreas de actuación (salud, educación, empleo, vivienda… ), que a través de entrevistas familiares individuales y grupales, trata de acompañar los diferentes procesos vitales de los participantes (37 adultos, 31 niños y 5 jóvenes)
La parroquia y el barrio, lugares de referencia
El proyecto se realiza en los propios barrios, en sus parroquias, siendo la presencia en el territorio uno de los factores más importantes. Tres técnicos del ámbito de la psicología y la educación social de Cáritas Diocesana de Valladolid se hacen presentes en las comunidades parroquiales para crear redes entre ellos: las familias participantes y las propias comunidades.
Durante estos meses en los que se lleva realizando este proyecto, se ha hecho más que evidente que las parroquias, en las que se está llevando a cabo, se han convertido en punto de referencia para las personas y familias acompañadas, no solo para ellas sino también para vecinos, amigos y conocidos de ellos que se acercan para ser orientados, informados…
Otro de los aspectos a destacar es que, a través de las diferentes actividades realizadas, se van creando vínculos entre las familias y sobre todo están conociendo la ciudad en la que viven, más allá del barrio ya que se han realizado salidas culturales (visitas a museos), salidas lúdicas (bus turístico, paseo en barco por el Pisuerga) … También se han fomentado los hábitos saludables y el empleo a través de diferentes talleres.
Un claro ejemplo de esta creación de lazos es cuando en los encuentros-café intercambian opiniones, ideas e incluso se ayudan unos a otros para conseguir lo que necesitan (por ejemplo: se dan unos a otros disfraces para el colegio). Es muy bonito ver como personas que estaban viviendo una soledad importante ahora tienen un punto de encuentro con otros en el que compartir experiencias, no sólo en Cáritas sino también en los propios barrios participando en diferentes actividades de los consejos sociales o asociaciones de vecinos de la zona.
Las comunidades parroquiales participan activamente en las actividades anteriormente nombradas, lo que es muy enriquecedor para todos.
¿Qué aporta el proyecto a las personas que participan en él?
Rime: «Me siento muy bien cuando vengo, puedo hablar con alguien y estoy muy agradecida con vuestra ayuda»
Siomara: «Yo vengo con las chicas porque para mí son un apoyo emocional, me ayudan, escucha, animan, motivan en mi día a día… son personas estupendas que hacen que con su carisma salga uno de difícil situaciones. Las he aprendido a apreciar y a querer… a Elena C., a Raquel, a Elena R. y a Rebeca, me han colaborado un montón, las llevo en el corazón. Gracias a Cáritas por tenerlas»