El día 25 de noviembre es el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres. Como en años anteriores, Cáritas se suma a esta iniciativa y llama la atención sobre una realidad que persiste en nuestros días y en nuestros entornos más cercanos.
Son diversas las iniciativas que desde diferentes ámbitos en nuestro país vienen concienciando y procurando la erradicación de las conductas violentas hacia las mujeres desde hace tiempo. Sin duda, están teniendo efecto positivo en una mayor sensibilización social y han colaborado a que los malos tratos no queden permanentemente silenciados en los espacios privados de los hogares. No obstante, corremos el riesgo de acostumbramos a oírlo y llegar a banalizar estas conductas.
En lo que llevamos de año han sido 37 las mujeres asesinadas en España a manos de sus maridos, exmaridos o parejas, 5 niños y otros 24 han quedado huérfanos. Además de las víctimas mortales, que representan la punta del iceberg de esta lacra, hay mucho sufrimiento silencioso en las mujeres que padecen la violencia machista y unas consecuencias emocionales graves en los niños y jóvenes que conviven con el maltrato hacia sus madres en y que les generarán secuelas que arrastrarán de por vida.
Esta violencia se manifiesta de diferentes formas, con agresiones físicas, sexuales, con amenazas, humillaciones e insultos, con chantajes, con privaciones económicas y materiales, y con conductas de control y acoso a través de las redes sociales que son ya habituales entre los jóvenes. De cualquier manera, subyace siempre un abuso emocional que tiene un fuerte impacto en la afectividad y autoestima de las personas.
Otra de las consecuencias que siempre está presente es el aislamiento de la mujer, que junto con sentimientos de culpabilidad y de vergüenza dificultan su recuperación. Trascurre una media de 8 años hasta que una mujer verbaliza la situación que padece y es capaz de tomar decisiones.
Se dispone actualmente de medidas sociales y económicas que tienen como finalidad apoyar a estas mujeres y a sus hijos en las salidas de esos contextos de violencia y recuperarse psicológica y socialmente, pero aún queda mucho por avanzar en ámbitos como la atención específica a los menores, la prevención y la sensibilización, entre otros.
En las personas que acompañamos desde Cáritas se añaden otras problemáticas que colocan a estas mujeres en situaciones de doble marginación: pobreza económica, violencia en sus familias de origen hacia sus propias madres o hacia ellas, escasa formación para el empleo, o bien débiles relaciones sociales y familiares que les apoyen.
“Doblemente pobres son las mujeres que sufren situaciones de exclusión, maltrato y violencia, porque frecuentemente se encuentran con menores posibilidades de defender sus derechos.” Exhortación Apostólica. Evangelii Gaudium.2013
Como cristianos no podemos mirar hacia otro lado, estamos llamados a no tolerar ningún tipo de violencia, pues menoscaba la dignidad y el pleno desarrollo de las mujeres. Es importante que tengamos una actitud atenta para detectar esas situaciones, que nos comprometamos con la sensibilización en nuestro entorno más cercano y escuchemos el sufrimiento de las mujeres y los niños con una actitud acogedora y comprensiva.
La clave para superar este problema no puede ser otra que desarrollar buenos tratos en las relaciones interpersonales. Las relaciones con nuestros familiares, de pareja, dentro y fuera de nuestros hogares deben estar basadas en el respeto a la dignidad de cada persona y apartadas de cualquier manifestación de violencia o menosprecio.
“Pienso en el amor enfermo que se transforma en violencia y cuántas mujeres son víctimas hoy en día de violencia. Esto no es amor. Amar como nos ama el Señor quiere decir apreciar a la persona que está a nuestro lado y respetar su libertad. Amarla como es, gratuitamente”. Papa Francisco. Rezo del Regina Coeli del 9 de mayo de 2021.
Cáritas Diocesana de Valladolid celebrará una Vigilia de Oración por todas las víctimas de violencia machista que se celebrará el viernes 26 de noviembre a las 20:00 horas en la Iglesia de El Salvador y a la que invitamos a participar como gesto de solidaridad.