El domingo 29 de noviembre se celebró en la parroquia de San Ildefonso la Eucaristía con motivo del Día de las Personas Sin Hogar. Se encargó de la preparación el Centro Betania e intervinieron el voluntariado y los participantes.
Recogemos a continuación tanto la monición de entrada como la acción de gracias final. Resumen el sentir y la experiencia expresada en esta Eucaristía.
Coincidiendo con esta celebración, el Centro Betania ha lanzado el número 7 de su revista «La voz de Betania» que se puede leer pinchando aquí.
Monición de entrada
Hoy domingo día 29 de noviembre iniciamos el nuevo año litúrgico y un nuevo tiempo en la Iglesia, el tiempo de adviento. Adviento significa: “algo o alguien que viene o llega”. Y no es otro que Nuestro Señor Jesucristo, que vendrá de nuevo a nosotros como un recién nacido el día de Navidad.
Próximos a celebrar el Jubileo de la Misericordia, la Iglesia nos invita a encontrarnos de nuevo con el amor de Jesús, para poner en práctica su manera de mirar que no tiene en cuenta nuestros pecados sino que en sus ojos nos convoca a contemplar el “rostro de la misericordia”. Este regalo es el mejor que podemos ofrecer. Nos pueden faltar bienes que compartir con los pobres, pero nunca hemos de privar a los hermanos más necesitados de la presencia del Amor que reconcilia y cura.
Hoy también celebramos el día de las Personas Sin Hogar. Con el lema: “Porque es posible. Nadie sin hogar”, Cáritas nos invita a contemplar a la luz del Evangelio a los más necesitados de la sociedad: las personas sin hogar.
Nuestra comunidad parroquial está especialmente unida al Centro de Día Betania, donde acogemos a personas que carecen de hogar. Aquí encuentran, además de una mesa en la que compartir el pan o un lugar en el que vivir, un espacio donde sentirse queridos, escuchados, valorados, comprendidos… por eso la Iglesia nos hace una llamada a todos nosotros para ser cada vez más familia, entrar en nuestro templo interior, en nuestro corazón, ponernos en contacto con Aquel que nos habita y ser así esa “casa” abierta a la acogida, a la atención, a la fraternidad, donde todos se puedan sentir más alegres y felices.
Nos preparamos para nuestra celebración y pedimos a Jesús, por intercesión de su madre la Virgen María, que esta Eucaristía sea para todos un paso en nuestra transformación personal y comunitaria, que seamos portadores de la caridad de su Hijo, que nos llenemos de su amor para después ser capaces de llevarlo a los más necesitados, además de como un deber social, como respuesta al amor que Dios nos tiene a todos los hombres.
Acción de gracias
Profecía en lontananza
nos acerca, Jesús, tu hora.
Aún no brilla la aurora;
pero ya la noche avanza
al día: nuestra esperanza.
Con el espíritu atento
Vivir danos el Adviento:
Sobre egoísmo y malicia
reine el derecho y justicia
con tu feliz nacimiento.
Y en el corazón cristiano
abre, Señor, un hogar
con mesa y cuarto de estar,
donde todo ser humano
se le acoja como hermano.
Es nuestro amor especial
La Betania parroquial:
¡Gracias mil al voluntario
que le da aliento a diario,
y su entrega personal !