Esta es la segunda parte del título del Mensaje del Papa Francisco para la Cuaresma de 2016, título que comienza con el versículo 13 de Mateo 9: “Misericordia quiero y no sacrificio”.
En la Bula de Convocatoria del Jubileo de la Misericordia el Papa ya manifestaba en el número 15: «Es mi vivo deseo que el pueblo cristiano reflexione durante el Jubileo sobre las obras de misericordia corporales y espirituales. Será un modo para despertar nuestra conciencia, muchas veces aletargada ante el drama de la pobreza, y para entrar todavía más en el corazón del Evangelio, donde los pobres son los privilegiados de la misericordia divina»
En este mensaje de Cuaresma Francisco concreta y propone: «La Cuaresma de este Año Jubilar es para todos un tiempo favorable para salir por fin de nuestra alienación existencial gracias a la escucha de la Palabra y a las obras de misericordia».
De estas últimas, dice: «Mediante las corporales tocamos la carne de Cristo en los hermanos y hermanas que necesitan ser nutridos, vestidos, alojados, visitados, mientras que las espirituales tocan más directamente nuestra condición de pecadores: aconsejar, enseñar, perdonar, amonestar, rezar. Por tanto, nunca hay que separar las obras corporales de las espirituales».
Profundizando un poco más, el Catecismo de la Iglesia Católica (nº 2447) define las obras de misericordia como «acciones caritativas mediante las cuales socorremos a nuestro prójimo en sus necesidades corporales y espirituales (Cf. Is 58, 6-7; Hb 13, 3)». Y concreta: «Instruir, aconsejar, consolar, confortar, son obras espirituales de misericordia, como también lo son perdonar y sufrir con paciencia. Las obras de misericordia corporales consisten especialmente en dar de comer al hambriento, dar techo a quien no lo tiene, vestir al desnudo, visitar a los enfermos y a los presos, enterrar a los muertos (Cf. Mt 25,31-46). Entre estas obras, la limosna hecha a los pobres (Cf. Tb 4, 5-11; Si 17, 22) es uno de los principales testimonios de la caridad fraterna; es también una práctica de justicia que agrada a Dios (Cf. Mt 6, 2-4)».
La Iglesia de Valladolid nos ofrece un espacio privilegiado en esta Cuaresma para responder positivamente a la petición del Papa: la Parroquia de María Milagrosa del barrio de Las Delicias. Como es conocido, el pasado 9 de enero de 2016, el Cardenal Arzobispo de Valladolid abría, en el marco del Año de la Misericordia, la Puerta Santa de la Caridad. Un punto de peregrinación durante el año Jubilar de la Misericordia y de difusión de la acción sociocaritativa organizada en la diócesis que concreta las obras de misericordia.
Durante la Cuaresma se ofrecen allí diversas actividades a grupos de colegios y parroquias, especialmente los viernes, si bien podría establecerse otro día de la semana:
• Catequesis, sobre la explicitación de la misericordia de Dios en el mundo a través de las acciones caritativas de la Iglesia de Valladolid.
• Celebración de la Palabra para descubrir cómo se sitúa el creyente ante las pobrezas e injusticias del mundo.
• Confesiones, porque, como recuerda D. Ricardo: «Con el perdón de los pecados recibimos la alegría de la salvación. (…) El cambio operado nos mueve a servir a los pobres y a evangelizar» (Cf. Iglesia en Valladolid 244)
• Visita a una obra social concreta para la atención a las personas sin hogar ubicada en la misma parroquia consistente en un comedor social (domingos y festivos) y una unidad de higiene (lunes, miércoles y viernes).
• Conocimiento de diferentes acciones sociocaritativas impulsadas por la Iglesia de Valladolid a través de la exposición “La actividad caritativa de la Iglesia de Valladolid”.
• Celebración de la Eucaristía de la Misericordia.
• Propuesta de compromiso, invitando al ejercicio de las obras de misericordia, entre otros cauces, a través de la limosna, que « hecha a los pobres (Cf. Tb 4, 5-11; Si 17, 22) es uno de los principales testimonios de la caridad fraterna; es también una práctica de justicia que agrada a Dios (Cf. Mt 6, 2-4)» (Catecismo de la Iglesia 2447).
Aunque existe una propuesta, la visita puede amoldarse a las necesidades de cada grupo. Para acudir a la Puerta Santa de la Caridad es preciso reservar antes día a través del correo electrónico jubileo@caritasvalladolid.es.
Las personas que tengan interés en acudir a título personal, puede hacerlo los viernes por la tarde o domingos por la mañana. Los viernes, a las 18.30 horas se ofrece la posibilidad de confesarse y a las 19.30 participar en la Eucaristía de la misericordia, con la visita a las instalaciones del centro social y a la exposición y la propuesta del ejercicio de la limosna. A las 12.00 horas de los domingos de Cuaresma se ofrecen confesiones y a las 12.30 la Eucaristía Dominical con visita posterior al comedor social y a la exposición.