El Centro de Día Betania celebró la festividad de San Ildefonso con la entrega de los premios del III Certamen de Microrrelatos, “Construyendo Espacios de Esperanza”.
Los voluntarios y participantes del Centro Betania compartieron una jornada festiva y de convivencia el lunes 23 de enero de 2017 acompañados por la comunidad parroquial con motivo de la celebración de la festividad de San Ildefonso, patrono de la parroquia en la que está ubicado este proyecto enmarcado en el Programa Volver a Ser de Cáritas Diocesana de Valladolid, y que se desarrolla conjuntamente con la Unidad Parroquial Sagrada Familia – San Ildefonso.
La velada comenzó con una breve exposición de los requisitos del certamen, en cuyas bases se estipulaba que el tema del relato corto sería libre, y no sólo no debería exceder las 200 palabras sino también la condición de que se mencionara en el mismo la palabra “PERDÓN”.
Continuó con la lectura del Acta del Fallo del Jurado que valoró los textos presentados al Certamen y de los microrrelatos ganadores por parte de sus autores, Carlos y José, quienes emocionaron a todos los asistentes a esta jornada literaria con sus palabras, y aún más con el gesto de compartir su premio con todos sus compañeros.
La foto de familia dio paso a la celebración de la Eucaristía junto a la comunidad parroquial. Como colofón, un pequeño ágape en uno de los locales de la parroquia puso punto final a éste día festivo.
“El perdón en manos de Dios”
Microrrelato ganador del Primer premio:
Cuando terminas el colegio a los 14 años, comienzas la vida laboral con ilusión, a la vez que aprendes un oficio, yo de instalador de muebles de cocina. Fue bonito por el trato con los clientes, positivo porque acumulas mucha experiencia y sirve de aprendizaje en la vida.
A nivel de encargados o jefes, he tenido una mala experiencia, llegas a sentir rencor hacia ellos, que aumenta con el paso de los años. Posteriormente me hice autónomo, encuentras personas de todo tipo, unos engañan, otros pagan cuando quieren, otros ni te pagan. El rencor crece, te quedas con los que pagan, poco, pero pagan lo que prometen.
Pasan los años hasta que llega la crisis y en ese momento termina una etapa de mi vida. Hace tres años tengo la suerte de llegar a BETANIA, mi vida cambió por completo, fue tanta la comprensión, el cariño y el amor recibido, que piensas que eso no sucede porque sí. La mano de Dios está por medio, el rencor acumulado se desvanece y el perdón para todas esas personas lo dejas en manos de Dios, que es quien debe juzgar, no yo.