Nosotros somos de abrazos, aunque sean de esos casi sin sustancia, los de las palmaditas; pero somos de abrazos.
En el Programa de Infancia, Adolescencia y Juventud, de todos los sentidos, el nuestro es el del tacto, el único que junto al de la escucha, está en todo el cuerpo. Y está en el contacto de dos mejillas, de dos manos, de dos puños… de dos corazones.
Desde Cáritas proponemos un gesto para el día de Jueves Santo: encender una vela en el momento de compartir la cena, acompañado de esta oración de bendición.
Gracias Señor, porque nos amaste hasta el final, hasta el extremo que se puede amar: dar la vida por otro.
Gracias Señor, porque en la última cena partiste tu pan y vino, para saciar nuestra hambre y nuestra sed…
Gracias Señor, porque en la Eucaristía nos haces UNO contigo, nos unes a tu vida, en la medida en que estamos dispuestos a entregar la nuestra…
Vivimos tiempos difíciles y son muchas las familias que están sufriendo de cerca las consecuencias del coronavirus, ya sea en forma de enfermedad, o en forma de dificultad económica, laboral, social… son tiempos de fragilidad que nos afectan a todos…
En estos días tan duros necesitamos potenciar actitudes y valores. Apuntamos aquí algunos que nos pueden ayudar a vivir el amor fraternal. ¡Contamos contigo!
Actitudes y valores para alumbrar la esperanza
Mirada atenta para descubrir la necesidad del otro, comenzando por aquellos con quienes comparto el hogar y el confinamiento.
Carta de una voluntaria del Programa de Prisión de Cáritas Diocesana de Valladolid
Hace tan solo unos meses, que empecé a colaborar con el Proyecto Villanubla de Cáritas. Un proyecto aparentemente sencillo, y sin embargo, complejo y lleno de retos.
¿Y qué tengo que hacer? pregunté, cuando Alberto, el coordinador, me llamó para ver si me interesaba participar en él. “Pues en resumen (me dijo) tienes que acompañar a los presos”. Y desde entonces, no he dejado de pensar en el significado de la palabra ACOMPAÑAR: compartir, estar con, caminar juntos, sentir con, ponerse en el lugar de…
Y así han ido pasando estos meses, poniendo en práctica la idea de acompañamiento y aprendiendo del trabajo de los técnicos y voluntarios.
Y de repente , y sin avisar, a tod@s nos cambia la vida. Ahora, somos nosotros los que no podemos subir la cárcel a realizar nuestro trabajo. Ahora somos nosotros, los que estamos “aislados”, los que no podemos salir de casa. Y nos damos cuenta que nos comunicamos más con nuestros familiares y amigos, nos preocupamos más unos de otros… y es este contacto continuo con los nuestros, el hace que podamos llevar mejor, esta situación de incertidumbre y aislamiento.
Desde Cáritas, se nos ocurrió hacer lo mismo con los chicos de la cárcel. Pensamos en la forma de comunicarnos con ellos y hacerles sentir que estamos aquí y queremos seguir acompañándoles. Y así fue cómo surgió la idea de escribirles cartas personalizadas y hacérselas llegar (por email) a través la subdirectora de prisión. Han cambiado las formas, sin embargo la idea y el sentimiento están más vigentes que nunca. “No tocarnos y no vernos, nos ha servido para sentirnos más cerca”.
Voluntariado y técnicos del Programa de Mayores “Envejecemos en común” palían la soledad de los participantes habituales con llamadas telefónicas periódicas
Doscientas veintiocho personas mayores recibieron a lo largo de la primera semana la llamada de los quince voluntarios y dos técnicos del Programa de Mayores “Envejecemos en común”. Las visitas domiciliarias y las actividades grupales han pasado el testigo al teléfono como herramienta para continuar con el objetivo de evitar el aislamiento y la exclusión social de personas mayores mediante la generación de redes sociales, la participación y el voluntariado.
Realizada la primera ronda de llamadas, se han identificado aquellos casos en los que es necesaria una mayor intensidad en este acompañamiento telefónico, concretándose en dos o tres llamadas semanales, dependiendo de cada situación.