Con motivo del 5º aniversario de la publicación de la encíclica Laudato Si´, el Papa Francisco invita a la Iglesia universal a sumarse a las acciones propuestas en la Campaña Semana Laudato Sí´, elaborada por el Dicasterio de Desarrollo Humano Integral con la ayuda de Cáritas Internationalis, CIDSE, el Movimiento Católico Mundial por el Clima y la Alianza Católica por el Clima.
En estos momentos en el que la realidad ha cambiado, nuestras rutinas y acciones diarias se tienen que adaptar. Las personas que formamos «Gitanas hacia el Futuro» seguimos trabajando desde nuestras casas con toda la ilusión. Pero nuestro acompañamiento, cercanía y estar día a día sigue, y nosotras nos adaptamos a la nueva realidad.
En los primeros momentos del Estado de Alarma nuestra actividad tuvo que parar y tomarse un respiro. En aquel momento, priorizamos el acompañamiento y nuestra cercanía, a través de llamadas telefónicas, interesándonos por su bienestar físico y mental, y el de su familia.
Con el paso de las primeras semanas nos dimos cuenta de que la actividad debía continuar, ¿por qué no seguir con las clases, pero de una manera diferente? Pero ¿cómo? Nos embarcamos en la preparación de diferentes materiales, tanto desde los cursos de formación para la ESO como desde el Taller de Costura, que luego mandamos por correo postal a todas las participantes del Programa. Ellas trabajan desde sus casas, y nosotras las acompañamos y ayudamos a resolver cualquier duda que les pueda surgir, manteniendo una comunicación permanente, siempre animando, impulsando y acompañando.
Compartimos esta reflexión que nos manda una de las personas que vive en el Proyecto «San José»
Hoy estuve pensando en la mala costumbre que tenemos los seres humanos de valorar algo solamente en su ausencia.
Valoramos el dinero cuando nos falta. Valoramos el tiempo cuando estamos muriendo. Valoramos la familia cuando la perdimos. Valoramos el frío cuando hace calor. Y deseamos que haga calor cuando hace frío.
Nos quejamos porque tenemos que ir a trabajar. Y si no tenemos trabajo también porque nos falta y entonces es cuando se valora el trabajo, sea cual sea.
Solamente cuando recibimos un golpe dejamos de posponer la vida para después.
Vivimos de recuerdos del pasado o anhelando un futuro que ni sabemos si avanzaremos a alcanzar; mientras sufrimos el presente como si nos encontráramos en una prisión sin salida.
Nos quejamos de nuestros hijos pequeños y luego cuando crecen deseamos que vuelvan a ser niños. Vivimos discutiendo con nuestros padres y luego cuando mueren, anhelamos con todo nuestro ser poder retroceder el tiempo y darle tan solo un abrazo más.
Nos quejamos de todo lo que nos falta y nos olvidamos de disfrutar de lo que tenemos.
El ayer ya pasó y el futuro es incierto. Solamente nos queda vivir aquí y ahora y sembrar lo mejor que tengamos confiando en que vamos a cosechar lo mejor después.
Las Cáritas parroquiales retoman los encuentros y acciones
El jueves 7 de mayo de 2020 se reunían los representantes de las Cáritas Parroquiales del Arciprestazgo Sur de la ciudad. La distancia física, puesto que el encuentro se celebró por vídeo conferencia, no suprimió la alegría por el encuentro que caracteriza habitualmente estas reuniones. Saber cómo se encontraban los miembros de los diferentes equipos y comenzar a reflexionar estrategias comunes en este nuevo tiempo fueron los contenidos que ocuparon la hora y media de reunión. Esto mismo se repetirá el próximo jueves 14 de Mayo de 2020 con los representantes de las Cáritas Parroquiales del Arciprestazgo Oeste.
Llevamos casi dos meses de confinamiento, y desde el Programa Operativo de Inclusión Social y Economía Social (POISES), hemos intentado estar más cerca que nunca de nuestros participantes, realizando diversas acciones: la primera y primordial, acompañar a todas las personas que han querido seguir el proceso de orientación e intermediación, pero sobre todo, preocupándonos de todos y cada uno de ellos, de su estado emocional, de cómo puede estar afectando la crisis a ellos y sus familias.
Cómo Cáritas, queremos que sepan que seguimos estando cerca, que cada gesto cuenta y que pueden contar con nosotros.