Cáritas, junto a otras entidades, celebra el 30 de noviembre el Día de las Personas sin Hogar, y con este motivo organizan una campaña de sensibilización.
El Objetivo de esta Campaña es concienciar a la sociedad entera y las administraciones para que tomen conciencia de la realidad de las personas en situación sin hogar y pedir el reconocimiento de los derechos humanos para todas las personas, porque los derechos no son regalos, son inherentes al ser humano.
Se centra en la exclusión residencial. Este concepto se refiere a la situación de personas y familias que no tienen techo o, aun teniéndolo, no disfrutan de una vivienda digna, adecuada, en paz y en un entorno habitable y sustentable.
No se trata simplemente disponer de un techo. Para Naciones Unidas el derecho a vivir en un hogar conlleva:
• la seguridad en una ocupación continuada y pacífica de la vivienda, sin la amenaza de su posible pérdida.
• el acceso garantizado a suministros y el correlativo soporte de sus gastos.
• la accesibilidad física al edificio o casa y su entorno (educación, ocio, salud – atención primaria, hospitales- transporte etc.)
• la habitabilidad legal y emocional del espacio.
• el acceso a la cultura y al ocio (a nivel personal, grupal y de comunidad).
Por ello, al hablar de hogar queremos hablar de identidad, de crecimiento, de espacios para compartir, de conversaciones sin límites de horarios, de recuperar el calor de la compañía, la solidaridad, el grupo, la calle, los vecinos… la comunidad.
En estos momentos podemos hablar de una situación de emergencia residencial resultado de políticas de vivienda no inclusivas basadas en la inversión económica, donde la persona no es el centro. Algunos datos nos muestran la realidad:
• Más de 30.000 personas viven en situación de calle (sin hogar y sin techo)(Fuente: fePsh)
• 3.859.240 personas vivienda en condiciones indignas e inadecuadas (VI Informe FOESSA – 2008)
• Un 29,9 % de la población infantil (menores de 18 años) está en situación de pobreza (Informe Cáritas Europa 2014)
• 400.000 ejecuciones hipotecarias entre 2008 y 2012 (Consejo general del Poder Judicial).
Y según el censo de Población y Vivienda de 2011, hay 3.443.365 viviendas vacías, de ellas 13.504 son vivienda protegida de las administraciones públicas. Por tanto el problema no está en la cantidad, puesto que habría viviendas para todos. El problema se sitúa en que desde hace décadas la vivienda es un bien de inversión y no un derecho básico.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos, la Carta Social Europea y la Constitución Española sostienen que toda persona tiene derecho a una vivienda digna y adecuada. La vivienda es una herramienta fundamental para la vida en dignidad de la persona. Provee de un espacio físico (junto a su entorno) que, junto al desarrollo integral del ser humano nos provee de lo que llamamos disfrutar de un hogar.
Por todo lo anterior, la Campaña propone un modelo residencial basado en la vivienda digna y adecuada como derecho humano. El derecho a vivir en un hogar. También, y desde luego, para los que nunca tuvieron acceso a ese derecho, los invisibilizados por la sociedad, los más excluidos: las personas sin hogar que viven en la calle.
Se pide:
• a las administraciones públicas una política de vivienda que garantice el derecho y que prevenga y combata la vulnerabilidad y la exclusión residencial en nuestro Estado, así como un nuevo ordenamiento en materia de urbanismo que posibilite ciudades en las que vivir dignamente felices y sanos.
• a toda la sociedad que tomemos conciencia de que todos somos seres humanos, titulares de derechos y que todas las personas somos igual de prioritarias en la garantía de los derechos ante las Administraciones públicas.
Todos los materiales de la Campaña están disponibles en el siguiente enlace POR UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA. NADIE SIN HOGAR