Cáritas Diocesana de Valladolid se suma a la Campaña estatal de solidaridad «Cáritas ante el coronavirus. Cada gesto cuenta», para apoyar sus respuestas al coronavirus.
Esta campaña de solidaridad nace para recabar apoyo económico a los programas de ayuda para atender a las personas más vulnerables en esta crisis provocadapor el coronavirus.
Esta acción se convoca bajo el lema «Cáritas ante el coronavirus. Cada gesto cuenta»
y pretende movilizar la solidaridad de la comunidad cristiana y el
conjunto de la ciudadanía, así como y empresas e instituciones.
En la mañana del sábado 21 de marzo, diecisiete personas, con sus escasas pertenencias y sus mochilas cargadas de experiencias traumáticas que les han llevado a encontrarse sin techo, comienzan a ocupar sus habitaciones en el espacio que el Seminario Diocesano de Valladolid ha puesto a su disposición. Una de las primeras prioridades para Cáritas, para la Iglesia Diocesana, desde que se decretó la obligatoriedad de permanecer en el domicilio ha sido que las personas sin hogar dispusieran de un lugar para ello.
Llevamos
una semana muy intensa. Desde que la Junta de Castilla y León comenzó a adoptar
medidas en relación con el COVID-19 en el conjunto de la Comunidad el pasado 11
de marzo, en Cáritas Diocesana de Valladolid hemos estado en un continuo
proceso de adaptación para adecuarnos a las decisiones de las autoridades. El
domingo 15 de marzo, con la Declaración del Estado de Alarma el día 14, los
intercambios de mensajes y llamadas para organizar las tareas y no abandonar a
las personas más vulnerables se prolongaron hasta altas horas de la noche.
Dos claves son las
que se han tenido presentes para continuar el ejercicio de la caridad:
La responsabilidad personal y comunitaria para evitar la propagación de la enfermedad observando las medidas adoptadas por las autoridades civiles y sanitarias. Todo ello con el fin de que la situación pueda ir remitiendo lo antes posible. No contagiarme y no contagiar son hoy signo de amor.
La búsqueda imaginativa de otros medios para continuar haciéndonos “cercanos y solidarios con quien sufre” en este momento, personal y comunitariamente. Hoy también toca ser testigos del amor de Dios.