Publicado el 09/02/2010 en
ABC
TATIANA G. RIVAS | MADRID
A diferencia de otros años, la perpetuidad del desempleo hace que algunos parados estén dispuestos a aceptar cualquier oferta de trabajo. Pero la crisis destruye hasta los puestos menos deseados. En una oficina madrileña del Inem no hubo ni una oferta en semanas